EL GUIONISTA QUE ARROJÓ SU ROPA POR LA VENTANA: Joseín Moros


Primero cayó un pantalón, siguieron camisa, zapatos y ropa interior. Las medias eran amarillas y los calzoncillos verdes. Una pequeña multitud miraba hacia lo alto del Teatro Los Macabros.

—Este fin de semana tendremos estreno —dijo alguien.

—Y será una buena obra —expresó otro.

—¿Cómo lo saben? —preguntó una joven con aspecto atildado.

—Muy fácil. La primera vez que el Teatro Macabro tuvo un gran éxito, el guionista que arrojó su ropa por la ventana y se lanzó al vacío creó una tradición —contestó una anciana, sin quitar la mirada dirigida hacia lo alto.

—¿Y qué esperan ahora? —insistió la joven.

La respuesta llegó con el sonido de un cuerpo desnudo, al chocar contra la acera. La gente se aglomeró intentando tomar trozos del cuerpo para llevar como recuerdo, según la costumbre.

—Ya tengo un puñado de testiculos, uno por guionista —dijo la anciana a la joven y le regaló media oreja que había logrado arrancar antes de que alguien corriera con la cabeza bajo un brazo.

© 2018 Joseín Moros

Esta obra se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. La imagen que acompaña esta publicación fue descargada de PIXABAY y es de dominio público.

Conversación en la Forja

No hay comentarios.

Publicar un comentario